En ocasiones nos encontramos con algunas joyas antiguas que compramos hace mucho tiempo o simplemente fueron heredadas hace años y que no nos ponemos por estar rotas, en mal estado o porque las vemos pasadas de moda.
Generalmente por desconocimiento de la existencia de servicios de reparaciones las joyas se quedan guardadas en el cajón. Sin embargo, a esas joyas en mal estado o pasadas de moda le podemos dar una segunda oportunidad para seguir disfrutando de ellas si las llevamos a reparar a un buen taller de joyería.
En muchas ocasiones solo es necesario dar un pulido o rodiado a la joya, otras pueden ser porque un cierre de un collar se rompió. También puede ser ese pendiente desemparejado porque un día lo perdió y siempre ha pensado que es imposible realizar uno idéntico.
